Después de estos nueve meses de estudio, de madrugones, de nervios, de diversión en clase, de sonrisas por los aprobados, llega el verano, esa estación en la que mucha gente es feliz.
Atrás quedan los fríos días esperando al autobús, los despertares antes que el sol para estudiar, los nervios en el pasillo, las risas con las amigas en el patio y las divertidas clases haciendo el tonto.
Echaré mucho de menos a esos compañeros con los que en menos de dos meses he compartido risas, tonterías, peleas, susurros en exámenes y bastantes ayudas. Son unos chicos maravillosos, que aunque a veces me pongan histérica y me agobien, me han hecho reír en más de una ocasión.
Ahora llegan mis tres meses favoritos, en los que descanso, pienso en mí y disfruto mucho. Ahora toca pasarme el día en la piscina y relajarme.
Feliz verano a todos!
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