No queda nada para que llegue el verano, las vacaciones. No queda nada para que lleguen los largos días de sol, en la piscina, disfrutando de la libertad. No queda nada para que lleguen esas largas tardes de paseos y risas. Pero todo lo que tiene de bueno el verano, también tiene alguna cosa mala. Me voy a pasar más de dos meses sin ver por la tele esos ojos que me encantan, y esa sonrisa que me vuelve loca, y esa voz que me hace temblar.
Sólo podré saber de él a través de Internet, y no me gusta, porque saber noticias de él de esa forma me entristece. Saber que está feliz en otra parte.
Le voy a echar mucho de menos, pero estaré contando los días hasta su regreso, y los días hasta que lo pueda ver tan cerca otra vez. Cuando llegue ese momento, estaré loca de los nervios, pero muy feliz.
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