sábado, 29 de noviembre de 2014

Don't give up!

Justo en este momento tengo la necesidad de escribir, has aparecido por mi mente y te he elegido a ti.
Eres una persona especial, y cada vez que digo eso, mi mente viaja hasta el 19 de enero de 2013, el día que te conocí, y el día que descubrí que eras especial.
Por cosas del destino, tenía que verte sí o sí, te habían dejado algo para mí, y yo me pasé gran parte de la tarde pensando en qué decirte, pero cuando te vi a lo lejos, olvidé todo y salí corriendo a por ti. Casi ni me dejaste hablar, porque en cuanto te dije mi nombre me diste la camiseta. Nos hicimos las fotos, y yo te pedí que por favor le entregases la bolsa a tu hermano. Y tú lo hiciste. Eso no lo olvido, me hiciste un gran favor. Desde ese día te convertiste en una persona especial para mí, porque siempre has sido muy amable conmigo.
Llevas un año y medio fuera de casa, lejos de los tuyos, y sobre todo, lejos de gran parte de tus fans, de esos madridistas a los que les robaste el corazón. Yo soy una de ellas, y aunque estés lejos, cada fin de semana busco a qué hora juegas, si estás convocado y si estás en el 11 titular.
Estas últimas semanas no te encuentro, no veo tu nombre en las convocatorias, y eso me entristece. Yo sé que eres un gran jugador, pero parece que hay gente que no se da cuenta.
Por eso no debes rendirte, no debes dejarte caer. Porque la vida está llena de obstáculos y barreras, pero la grandeza de las personas está en saber reponerse a las adversidades.
Sabes que tendrás mi apoyo siempre, estés donde estés y pase lo que pase. ¡No te rindas jamás, Álex!



 
Que tu luz nunca deje de brillar, ¡pequeño gran Alejandro!

sábado, 8 de noviembre de 2014

Mi quebradero de cabeza se llama Antoine

Hoy vuelvo para escribir algo que necesito compartir, dejar aquí, porque es algo que, en parte, me hace daño.
Muchos sabréis que yo apoyo a Antoine Griezmann, delantero francés, actualmente en el Atlético y que jugó 10 años en la Real Sociedad.
Pues bien, mañana vuelve a Anoeta, a ese estadio donde lo vieron crecer, donde ese niño rubio francés apodado "Le petit diable" dejó grandes detalles de calidad y marcó muchos goles. 
Está claro que para él será un partido especial, vuelve a su casa, pero lo hace con otros colores. Se enfrentará a compañeros, amigos, hermanos, que han compartido junto a él grandes momentos. 
Sólo espero que la afición txuri-urdín reciba a Antoine entre aplausos, porque alguien como él los merece, además, no creo que la afición realista olvide tan rápido ese gol de chilena en Gerland que encaminó al equipo hacia el sueño de la Champions. 
Ya son más de dos años y medio siguiendo y apoyando a este eléctrico rubio. Tuve la suerte de verlo en el Bernabéu con la Real, y también tuve la suerte de ver en directo esa maravilla de gol. Y aunque se lo marcó a mi equipo, tuve el descaro de celebrarlo. Recibí miradas extrañas de mis vecinos de grada, y los comentarios reprochadores de mi hermano, pero en ese momento fui yo misma, una amante del fútbol, que celebra el gol de uno de los jugadores que más admira. 
Tu aventura en el mundial de Brasil no fue como todos esperábamos, y tuviste que marcharte antes de tiempo, tras caer eliminados contra Alemania. Verte sentado en el suelo, derrotado y llorando me hizo sentir horrible, sabía lo duro que era para ti. De esto ya hablé aquí -> http://instagram.com/p/qC0k_ko9ER/?modal=true
Luego llegó tu fichaje por el Atlético, mi eterno rival. Me costó un día de lágrimas, y de asumirlo. Mis amigos colchoneros se reían "Jajajaja, Griezmann ha fichado por el Atleti. ¿Pero no lo ibais a fichar vosotros?" y comentarios así que yo respondía con un "me da igual, yo lo seguiré apoyando y celebraré sus goles excepto contra el Madrid". Estos 3 meses que llevas como atlético los estoy llevando fatal, sufro mucho al verte con esa camiseta, pero mi admiración por ti no ha cambiado. Te has ido al Atleti para formarte más y convertirte en mejor jugador de lo que ya eres. 
Tu marcha al Atleti ha sido mi punto de inflexión, cuando pude dejar a un lado los colores y centrarme en la persona que los defiende. Mi corazón es blanco, así será para siempre, pero en una pequeña parte defiendo y apoyo a un rojiblanco.
Nadie sabe lo mucho que sufro, las lágrimas que derramo, porque para mí es complicado. Poca gente entiende que apoyo a un jugador del eterno rival, y pase lo que pase, digan lo que digan, yo seguiré ahí. Tú me has enseñado a luchar sin rendirse, a pelear en contra de las adversidades. Ojalá pronto pueda conocerte, darte las gracias y desearte todo lo mejor.
Antxón, no te rindas, y sigue luchando por tus sueños, que aquí seguiré yo apoyándote. 
Yo te deseo lo mejor, que progreses para ser el mejor. Y no hay nada que haga con más orgullo que llevar esta camiseta. 

Siempre contigo, pollito. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

Sin sentido

Hoy 6 de noviembre, me encuentro metida en la cama con mucho frío. Las temperaturas han bajado de golpe, y llevo dos días saliendo con gorro a la calle.
Llevo casi dos meses en la universidad, y en este tiempo me he dado cuenta de que nada es como parecía, que cosas que te han dicho no son ciertas, y no te sirven. Que tienes que crecer rápido, organizarte muy bien, y ser muy independiente, porque nadie vendrá a salvarte.
Puede que parezca el bicho raro, pero debajo de una apariencia borde, sigo estando yo, con mis cosas buenas y mis cosas malas. Mis locuras, mis tonterías, mis manías.
Hace casi dos meses eché a volar, y nada ni nadie podrá pararme. En este tiempo me ha dado tiempo a conocer un poco a los demás, que hay gente buena, gente mala, con la que merece o no pasar el rato.
Lloro con frecuencia por cualquier cosa, me afecta hasta la cosa más insignificante, sigo siendo caprichosa y egoísta, pero sigo repartiendo cariño y buenas palabras a los que me importan. Me he vuelto descuidada, olvido cosas, y a veces me encierro en mí misma olvidándome de los demás.
He acabado páginas, he comenzado otras nuevas, sigo queriendo desaparecer en algún momento, formar parte de la vida de algunas personas, aunque se hayan empeñado en apartarme. No soy perfecta, y lo sé, lo asumo y no tengo intención de cambiar. Los golpes que me da la vida los acepto, y sigo luchando por esquivarlos.
Aquí me encuentro, escribiendo esto sin ningún motivo. Tenía esa necesidad y las palabras han salido solas. Esto no tiene mucho sentido, pero conforme voy a acabando de escribir, me siento mejor.