A veces siento que mi vida es una mierda. Desde que se murió mi abuelo me siento más vacía que de costumbre y mi estado de ánimo cambia constantemente. Estoy más amargada, y a veces no tengo ganas de nada. Este verano lo estoy pasando realmente mal. Creo que el fútbol es mi única vía de escape. Dos días después de que se muriese mi abuelo, decidí ir al Bernabéu a despejarme un rato. Me acompañó mi mejor amiga, cosa que agradecí mucho, y lo pasé genial. Me desconecto cuando veo un partido de fútbol. 

En los momentos en los que estoy sola o cuando estoy por las noches en la cama, me acuerdo mucho de él y lo paso mal. Han pasado casi seis meses y aún recuerdo como si fuese ayer cómo ocurrió todo. El problema es que lo revivo una y otra vez, hasta que intento pensar en otra cosa. 

El Real Madrid es mi mejor medicina. Cuando estoy triste pienso en ellos y enseguida intento sonreír. El Real Madrid Castilla ha hecho milagros en mí. He visto la mayoría de partidos, animándolos como nunca. Me han hecho muy feliz. Son como parte de mi familia, los quiero mucho, y sí, son mis ídolos, pero ante todo son personas normales. Mi sueño es poder conocerlos y hacerme una foto con ellos. Poder decirles lo mucho que son para mí. Incluso he llorado cuando alguno se ha ido.

He de decir que gracias a ellos he conocido a una chica maravillosa, a la que tengo muchas ganas de volver a ver. Siempre me saca una sonrisa y está ahí. Me encantaría poder decirle tantas cosas, porque confío mucho en ella. Pero soy tan rara que no lo puedo contar, porque pienso que puede estar ocupada y no quiero molestarla. Sé que ella si se entera de que estoy mal me va a hacer contarle todo, e incluso a lo mejor se enfada porque piensa que no confío en ella, pero sólo quiero que sepa que pongo delante su felicidad a mi estado de ánimo. 

Creo que algún día intentaré cambiar e intentaré abrir mis sentimientos a la gente en la que confío.