Hace un año, martes 4 de diciembre de 2012, se cumplía el sueño de cualquier futbolista, debutar en Champions con su equipo. Pero ese sueño es mayor si eres canterano del mejor equipo del mundo. Hace un año, Nacho Fernández tuvo la oportunidad de cumplir su sueño. Justo un día antes, Mourinho había dicho que sería titular, y cuando me enteré estaba muy feliz y saltaba de alegría.

Para cualquier persona podría ser un partido normal, la clasificación estaba asegurada, pero para mí era un partido muy especial. No todos los días tu ídolo puede debutar en UEFA Champions League con el Real Madrid y encima de titular.
Estaba muy nerviosa, quería que todo saliese bien. Quería la victoria, que Nacho jugase todo el partido y que no cometiera errores. Cada vez que lo veo en el campo siempre me pasa lo mismo, me pongo nerviosa y sólo quiero que todo vaya bien. Cuando no se es titular sólo deseas jugar bien, porque estás en el punto de mira.
Al final del partido me enfadé muchísimo, porque Nacho se cambió la camiseta con un jugador del Ajax. Me puse histérica, sólo pensaba en "¡es la camiseta de tu debut!, ¿por qué la cambias? ¡guárdala!". A veces soy así de idiota, pero eso de guardar los recuerdos de un partido especial a mí me gusta mucho.

Hoy, un año después, Nacho ha jugado otro partido más de Champions, la semana pasada contra el Galatasaray. No es mucho, pero cada minuto cuenta, y eso es muy bueno para él.

Un año después aquí estoy yo recordando ese día tan especial y que guardo con mucho cariño en mi memoria, porque aparte de ser el día del debut de Nacho, también hace dos años de mi primera visita al EADS, la primera vez que vi a Nacho en directo.
Espero que vuelva a jugar pronto en Champions, y que yo pueda verlo en directo. Otro pasito más en este camino. Otro paso más a su lado, apoyándolo.