
Hola capitán. Sí, permíteme que te siga llamando capitán, porque para mí siempre serás mi capitán, el que ha llevado al equipo a tocar el cielo.
Espero que en unos años puedas ser el capitán, pero esta vez del Real Madrid. Eso para mí sería lo máximo, aunque de momento, me voy conformando con que cada día te vayas asentando en el equipo, que vayas jugando más y te sientas a gusto.
Hace mucho que no escribo nada sobre ti, pero ya soy muy pesada con los twits y todo eso. "¡Ha twitteado Nacho!", *Sofi rápido a leer qué dice y a retwittear*. Así soy yo, pero gracias a retwittearte me empezaste a seguir.

Nunca olvidaré cada detalle que has tenido conmigo, hasta en los peores momentos has estado ahí con tus twits. Leerte me ha dado fuerzas cuando lo he necesitado.
Luego están los momentos en los que te he visto en persona, dos veces, pero casi me muero en las dos. Nervios, emoción, alegría y mucha mucha vergüenza. Pero para mí han sido dos días maravillosos. Aunque pareciese una loca afónica o una seta con cara de tonta que no hablaba nada, soy mejor persona de lo que pude parecer, pero para variar, los nervios y la vergüenza me atacan en los peores momentos.

Para mí es todo un orgullo poder llevar tu camiseta a cualquier lado, y en poco tiempo, cuando tenga la nueva, la pasearé por el Bernabéu en cada partido. Llevaré a mi espalda el número 18 con la mayor alegría, y te daré a conocer a todos esos que todavía no saben quién eres. He tenido que soportar en el Bernabéu comentarios del tipo "el chaval ése del Castilla", cuando me han dado ganas de decir "el chaval ése tiene nombre, se llama Nacho Fernández y tiene ficha con el primer equipo, aparte de ser el capitán del Castilla." Para mí siempre serás mi capitán, Nacho Fernández, ése que jamás se rinde y lucha hasta el final.
Es un orgullo apoyarte, defenderte, y explicarle a todo el mundo por qué te sigo.
Nada me haría más feliz que verte en lo más alto, en unos años con el brazalete de capitán del Real Madrid levantando una Champions y yo poder verlo en directo.
Nunca olvides que siempre voy a estar ahí, en los buenos y en los malos momentos. Ten presente siempre una razón por la que sonreír, aunque seamos todos los que te empujamos para que sigas luchando hasta el final. Tu sonrisa y tus ganas de superarte cada día son las que guían mi camino. Si yo no me he rendido en los malos momentos es porque te tengo a ti como ejemplo.

Gracias por todo, por ser así como eres, por todos esos detalles que siempre has tenido conmigo. Nunca olvidaré todo lo que has hecho por mí, y que sepas que siempre voy a estar ahí, dejándome la voz desde el cuarto anfiteatro del Fondo Sur y defendiéndote como la que más.
Aquí termina mi entrada de hoy. Hasta pronto mi capitán.